Marketing, comunicación y ética


Este texto no contiene respuestas; apenas unas pocas preguntas a ver si alguien me orienta.
Después de 25 años dedicado a la comunicación empresarial me pregunto si nuestro trabajo tiene o debería tener algún límite moral o ético.
Y no me refiero a la responsabilidad “profesional”, (que esa sí que todos nos preocupamos por tener y demostrar frente al cliente), sino a todo lo contrario; hablo de responsabilidad como seres humanos frente a la sociedad.
Y esa responsabilidad es menos habitual y menos ostentosa que la profesional.
Quien causa un daño a la sociedad, si es descubierto, ha de asumir su responsabilidad frente a la sociedad, pero ¿y los que lo hemos ayudado a cometer su crimen mediante la promoción y una comunicación eficaz?
¿Los comunicadores estamos libres de toda culpa gracias a una especie de obediencia debida?
He visto a algunos (pocos) empresarios y a menos políticos pedir disculpas e incluso entrar a una cárcel, pero no recuerdo a ninguna empresa de PR pedir disculpas por daños medioambientales, por promocionar a empresas fraudulentas o por promover descaradamente enfermedades como el alcoholismo o la ludopatía, tan de moda en la vida cultural de nuestros días.
Pareciera que los profesionales de la comunicación empresarial tenemos licencia para incitar a cualquiera a caer en cualquier enfermedad con la única condición de no promover las consabidas drogas duras.
Si alguien tiene respuesta, se la agradezco.

Imagen: eatsmilesleep / «Roulette» / CC BY 2.0

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